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Nuestro título denota paradójicamente aquel recuerdo tan pleno como vacío. Un espacio a la diestra o siniestra, donde la memoria habitó en pasado para inspirar en presente. Así hemos nombrado la serie que ahora tomará una siesta periódica en nuestra cama.Y dormitará la poesía disfrutando el cómodo descanso, y la almohada que fiel nos acompaña evitará dar prisa a nuestros sueños, y viajaremos entre palabras al lugar lejano, el aroma de años alegres, el rostro cándido acariciado por la tarde, sonriente, iluminado.
Diría Kundera: “Lo que sucede una vez, es como si jamás hubiera sucedido”.
Hoy las letras nos dibujan, trazan las líneas de nuestro pasado y juegan a su antojo con la realidad. Sin embargo, al despertar, huyendo contra la voluntad de lugares, aromas y sonrisas, seremos simplemente un buen recuerdo repleto de ausencias…

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José Ángel Buesa (1910-1982)
No sería su patria, sus paisajes y sus rostros de la juventud prolífica en versos, su lecho de muerte. Nacido en Cuba en el año de 1910, José Ángel Buesa comienza su producción literaria a muy temprana edad, elaborando una colección de piezas poéticas con los matices dilucidados de la tristeza, la partida, la indiferencia y la mirada puesta en el horizonte, donde lo esperaba su pasado. Nunca se reencontraron.
Muere en el año de 1982, en República Dominicana, luego de un penoso exilio que le obligó a transitar errante por numerosas patrias, ajenas a sus caligrafías agobiadas.
No sería su patria, sus paisajes y sus rostros de la juventud prolífica en versos, su lecho de muerte. Nacido en Cuba en el año de 1910, José Ángel Buesa comienza su producción literaria a muy temprana edad, elaborando una colección de piezas poéticas con los matices dilucidados de la tristeza, la partida, la indiferencia y la mirada puesta en el horizonte, donde lo esperaba su pasado. Nunca se reencontraron.
Muere en el año de 1982, en República Dominicana, luego de un penoso exilio que le obligó a transitar errante por numerosas patrias, ajenas a sus caligrafías agobiadas.
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NOCTURNO IVAsí estás todavía de pie bajo la lluvia,
bajo la clara lluvia de una noche de invierno.
De pie bajo la lluvia me llega tu sonrisa,
de pie bajo la lluvia te encuentra mi recuerdo.
Siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
con un polvo de estrellas muriendo en tus cabellos
y tu voz que nacía del fondo de tus ojos
y tus manos cansadas que se iban en el viento
y aquel cielo de plomo y el rumor de los árboles
y hasta la hoja aquella que te cayó en el seno
y el rocío nocturno dormido en tus pestañas
engarzando diamantes en tu vestido negro.
Así estás todavía lejanamente cerca
desde tu lejanía de sombra y de silencio.
Mi corazón te llama de pie bajo la lluvia,
de pie bajo la lluvia te acercas en el sueño.
La vida es tan pequeña que cabe en una noche.
Quizá fue que en la sombra me encontré con tu beso
y por eso me envuelve, de pie bajo la lluvia,
el sabor de tu boca y el olor de tu cuerpo.
Sí, me has dejado triste porque pienso que acaso
ya no estarás conmigo cuando llueva de nuevo.
Y no he de verte entonces de pie bajo la lluvia
con las manos temblando de frío y de deseo.
Pero aunque habrá otras noches cargadas de perfumes
y otras mujeres, y otras, a lo largo del tiempo,
siempre he de recordarte de pie bajo la lluvia,
bajo la lluvia clara de una noche de invierno....
POEMA DEL RENUNCIAMIENTO
Pasarás por mi vida sin saber que pasaste.
Pasarás en silencio por mi amor, y al pasar,
fingiré una sonrisa, como un dulce contraste
del dolor de quererte... y jamás lo sabrás.
Soñaré con el nácar virginal de tu frente;
soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar;
soñaré con tus labios desesperadamente;
soñaré con tus besos... y jamás lo sabrás.
Quizá pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá;
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amaré más que nunca... y jamás lo sabrás.
Yo te amaré en silencio, como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar;
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.
Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-el tormento infinito que te debo ocultar-
yo te diré sonriente: "No es nada... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima... ¡y jamás lo sabrás!
POEMA DE LA DESPEDIDA
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
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