lunes, 4 de febrero de 2013

Camus, Camus, Camus...



"Cada generación, sin duda, se cree destinada a rehacer el mundo. La mía sabe, sin embargo, que no lo rehará. Pero su tarea acaso sea más grande. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida en la que se mezclan las revoluciones caídas, las técnicas que han caído en la locura, los dioses muertos y las ideologías extenuadas, en las que mediocres poderes pueden hoy destruirlo todo pero no saben convencer, en la que la inteligencia se ha rebajado hasta hacerse la sirvienta del odio y de la opresión, esta generación ha debido restaurar, en sí misma y en torno a sí misma a partir de sus negaciones, un poco de lo que da la dignidad de vivir y de morir. Ante un mundo amenazado de desintegración, en el que nuestros grandes inquisidores pueden establecer para siempre los reinos de la muerte, esta generación sabe que, en una especie de loca carrera contra el reloj, debería restaurar entre las naciones una paz que no sea la de la servidumbre, reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura, y rehacer con todos los hombres un arca de la alianza."

Albert Camus